El valor de aprender haciendo

Como muchos de ustedes saben, la semana del 15 de abril, Arturo Quiroz, Max Klapp y Yo estuvimos en Nueva York en una conferencia de Inteligencia Artificial. En ella nos pudimos enterar de las ultimas tendencias en AI del mundo y darnos cuenta, con orgullo, que lo que estamos haciendo en I2B, YOM y Rexys está al mismo nivel que lo expuesto en esa conferencia. Kudos a todos por eso ¡!
Respecto de lo que vimos en la conferencia, Max y Arturo nos van a hacer una presentación de lo relevante para que todos puedan conocer lo que vimos. Ellos nos avisarán cuándo la harán para que puedan inscribirse y participar de esa conversación y aprendizaje.
Pero quería hablarles de otras cosas…de esas cosas que pasan cuando uno viaja y se desconecta de su día a día para concentrarse en algo diferente. De esas cosas que aparecen cuando uno tiene más tiempo para pensar y reflexionar sobre lo que nos rodea, y a las que nos vemos expuestos todos los días de nuestras vidas. De eso se trata esta carta, les cuento:
Un día, decidí invitar a Arturo y Max al Blue Note, un club de jazz emblemático de Nueva York y por donde han pasado las mas grandes figuras del jazz mundial. Los invité porque me parece que cuando uno está en otro lado, tiene la “obligación” de ir a esos lugares que han forjado la personalidad de esa ciudad, y el Blue Note es uno de ellos para Nueva York. Ese día, tocaba una banda de una escuela de jazz muy conocida en Nueva York. El set up era el siguiente: El profesor que dirigía la orquesta había escogido a los mejores alumnos y los había llevado a tocar a uno de los lugares más importantes del mundo. A esa fiesta estaban invitados los directores de la escuela, próceres del jazz mundial y responsables de educar a los talentos más importantes del mundo de la música. Además, había muchas personas que habían pagado su entrada para ir a verlos. No podían fallar.
El profe, con una delicadeza casi perfecta, los llevó por un proceso de aprendizaje haciendo música en la catedral del jazz mundial. Los chicos, de no más de 24 años, tocaron como nunca. De seguro cometieron errores de tiempo, fuerza, entonación y coordinación, pero para todos nosotros fueron imperceptibles. Es muy probable que todos hayan estado nerviosos e inseguros de ser capaces de estar a la altura de las circunstancias, pero ninguno dejó de dar lo mejor de si en ese escenario. Para los que estábamos en el público fue una experiencia notable, lo que ratifica la idea de que cuando uno da lo mejor de si mismo, el resultado siempre es bueno. Independiente de si uno comete algún error durante el proceso.
En esa orquesta había un guitarrista, un muchacho de Eslovaquia que se había ido a Nueva York a estudiar jazz persiguiendo el sueño de ser músico. El profesor lo destacó varias veces y contó su historia diciendo que era uno de los mejores que habían pasado por esa escuela, viniendo de un país donde el jazz casi no existía. El tipo encontró su pasión, salió de su zona de confort y se fue a meter al lugar más exigente y competitivo del mundo en su campo. Notable, todo un Doer.
Conversando con Arturo y Max reflexionábamos respecto de lo valioso que era la experiencia para esos músicos jóvenes. De lo importante que será para su carrera el haber tocado en la catedral del jazz, y de como el mundo del jazz estaría mejor después de esa noche. Aunque sea un poquito.
Quise contarles esta historia porque veo mucha similitud con lo que estamos haciendo en las I2B, YOM y Rexys. Estamos buscando a los mejores profesionales y armando un modelo de empresa que les permite probar, en importantes clientes, como se hacen las cosas. También estamos incentivando constantemente el aprendizaje para que cuando vayan a “tocar sus instrumentos en esos clientes” tengan más herramientas y el error, que es muy probable que ocurra, no sea tan grande. Además, estamos generando instancias de discusión para poder aprender de nuestros errores y asegurarnos de que nunca más los volvamos a cometer. Tenemos gente en la empresa con experiencia que puede guiarlos en ese camino y estamos contando todo con sinceridad para que entiendan el negocio en el que estamos, como creamos valor y cual es el rol de cada uno en este complejo puzle. Sin embargo, si ustedes no persiguen sus sueños, si no se abren a nuevas cosas, si no hacen de su trabajo su pasión, salen de su zona de confort y se enfocan en hacer lo difícil, nunca vamos a llegar a donde queremos ir. Haciendo un paralelo con la historia del jazz, nunca vamos a poder ser el Blue Note si nuestros músicos no se arriesgan y tocan de la forma que se espera de ellos cuando llegue el momento.
Los invito a reflexionar sobre esto. No hay mejor forma de mejorar que haciendo. Todos ustedes están preparados para hacer lo que sea en nuestro campo de acción, y si no tienen experiencia, tienen la capacidad de aprender y ejecutar entendiendo hacia donde vamos. Lo sé, porque todos son Doers que están haciendo un mundo mejor con su trabajo. Aunque sea un poquito.